Monumentos
La muy leal villa de Yepes tiene unos orígenes muy lejanos. La antigua Hippona o Hippo romana fue fundada hacia el año 600 a.C. Con el nombre de Hepes aparece ya en época mozárabe. En 1212 se cita como una pequeña aldea y, al año siguiente, Alfonso VIII la cede al arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada. Ya en 1576, con licencia del Papa Gregorio VIII, Felipe II vende la villa de Yepes a su Ayuntamiento.
Conocido como Toledillo por su riqueza histórica-artística y su peculiar urbanismo, Yepes fue también centro de convivencia de las tres culturas (cristiana, musulmana y judía) en época medieval. Hoy en día está catalogado como Conjunto Histórico-Artístico y en su centro urbano conserva gran cantidad de monumentos de interés.
Los de mayor antigüedad son los restos de las murallas medievales. Se conservan dos torres albarranas, una en la Calle de Santa María, con un costado recto y el resto semicircular y remate almenado y la otra en la Calle de Fray Diego, de base rectangular.
Del siglo XV son las cuatro puertas de la muralla que se conservan: la Puerta de la Villa o de San Cristóbal, la Puerta de Madrid o de San Miguel, la Puerta de Toledo o del Carmen y la Puerta Nueva o de la Lechuguina. También del siglo XV es el rollo de justicia o Picota, símbolo inquisitorial, de estilo gótico isabelino.
En el siglo XVI se alza la mayor joya monumental de Yepes: la Colegiata de San Benito Abad, conocida como “la Catedral de la Mancha” por sus grandes dimensiones. Fue trazada por el genial arquitecto renacentista, Alonso de Covarrubias en 1533 por encargo del Arzobispo de Toledo Alonso de Fonseca. Se trata de un imponente edificio de tres naves a la misma altura, con pilares fasciculados y bóvedas estrelladas propias del último gótico.
En los laterales se hallan capillas con espléndidas rejas platerescas y en la cabecera se alza el retablo mayor, de estructura clásica y en el que se insertan seis lienzos de gran tamaño sobre la vida de Cristo (La Adoración de los Pastores, La Adoración de los Reyes, La Flagelación, El camino del Calvario, La Resurrección y La Ascensión) y otros de pequeño tamaño con imágenes de santos, obras del mejor discípulo de El Greco, Luis Tristán, fechados en 1616.
La iglesia cuenta con dos portadas renacentistas: la principal u occidental con un altorrelieve dedicado a Nuestra Señora de los Ángeles, y la portada sur con una imagen exenta del titular de la parroquia, San Benito Abad. En el siglo XVII se terminó la torre, de sesenta metros de altura, con escudos del Cardenal Tavera y remate en chapitel de pizarra de estilo herreriano, y se construyó la Sacristía, de estilo barroco.
En el siglo XVIII se anexionó al centro del lado norte, la Capilla del Cristo, de una sola nave, cabecera polilobulada, bóveda de cañón con lunetos y una impresionante cúpula sobre pechinas en el crucero. Presenta abundante decoración en yeserías, propias del recargado estilo barroco al que pertenece y un tabernáculo en el que se encuentran, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, patrón de Yepes y la Santa Reliquia de la Sangre de Cristo.
El XVII es el siglo de oro en la villa de Yepes. Prueba de ello es la cantidad de fundaciones y construcciones que se realizan en esta época, como el Convento de Madres Carmelitas, fundado por Doña Catalina del Castillo en 1606, de estilo barroco, los Hospitales de la Concepción y de San Nicolás o las ermitas de San Sebastián y de San José.
En la Plaza Mayor, frente a la fachada sur de la Colegiata se alza el denominado “Edificio de las buhardillas”, del siglo XVIII, con trazado supervisado por Juan de Villanueva, en estilo neoclásico, con tres pisos: el inferior con una magnífica sucesión de arcos de medio punto clásicos, el intermedio o piso noble, con amplios balcones y el ático con buhardillas.
Por todo el casco histórico podemos encontrar antiguas casas nobiliarias, con imponentes fachadas que lucen orgullosas heráldicas, hermosas rejas y amplios balcones y suntuosos interiores articulados en torno al típico patio toledano, cuadrado e hipóstilo.
En el valle se conservan dos fuentes de piedra caliza del siglo XVI: la Fuente de Arriba y la Fuente de los Tres Caños, que se han usado como lavaderos hasta el siglo XX.
Otros lugares de interés en la villa de Yepes son la Cruz Verde, que nos recuerda los Autos de Fe de la Inquisición, la Calle de San Juan de la Cruz, lugar en el que residió el padre del gran santo carmelita o la Calle de la Sinagoga, donde arrancaba la judería en época medieval y donde tuvo lugar el robo de la custodia con el Santísimo Sacramento por los sarracenos durante una procesión del Corpus Christi.
Además del padre de San Juan de la Cruz, Yepes fue cuna de personajes tan ilustres como Fray Diego de Yepes, prior de El Escorial, confesor de Felpe II y Santa Teresa de Jesús y arzobispo de Tarazona, quien trajo a nuestra villa la Santa Reliquia de la Sangre de Cristo.
Y no podemos dejar olvidar que teniendo en mente la celebración del Corpus Christi de Yepes, Pedro Calderón de la Barca escribió en 1637 el auto sacramental “El Mágico Prodigioso”.